En un pequeño pueblo, todos los chicos jugaban al fútbol en el único campo que tenían mientras que las chicas hablaban sobre cosas de moda, belleza, etc. Solo había una chica, llamada Maraba que no estaba con las demás, ella observaba escondida, a los chicos jugar al fútbol. Su sueño era ser una gran futbolista.
Un día, al salir del colegio, Maraba habló con sus 5 mejores amigas y, juntas, decidieron formar un equipo de fútbol femenino. Se fueron corriendo al campo de fútbol, por suerte, los chicos todavía no estaban ahí. Empezaron a jugar, pero, no tenían ni idea de como se jugaba, hasta que, llegaron los niños y les desafiaron a un partido, quien ganaba se quedaba con el campo. Ganaron los niños 2-0, las niñas, tristes, se fueron al polideportivo. Ahí vieron a un hombre alto, con gafas de sol y con ropa deportiva, Maraba se acercó a él.
-Perdone, ¿quien es usted?
-Soy entrenador de fútbol sin equipo.
-Nosotras podríamos ser su equipo.
-Si, porque no, pero enseñarme como jugais.
Las chicas jugaron, lo icieron bastante bien ya que el entrenador accedió a ser su entenador. Ese hombre les enseñó todo lo que sabía del fútbol y el equipo jugaba muy bien. Un día, su entrenador les dijo que quería que participaban a un torneo, solo tenían que ganar a los chicos y se irian al Reino Unido para jugar contra más equipos, las chicas accedieron.
Llegó el día del partido, chicas VS chicos. El partido empezó. Los niños marcaron un gol, pero Maraba consiguió marcar también. En el equipo de Maraba habia una chica muy patosa llamada Margarita, que, "sin querer" marcó un gol en propia, iba 2-1 para los chicos. Cuando las chicas lo veían todo perdido, Carolanuta consiguió marcar un gol, iban empatados. Terminó el partido, y, sorpresa para Maraba, el marcador estaba a 2-3, habían ganado! pero, por más seguridad echaron a Margarita del equipo, por su culpa casi perdieron el partido.
El entrenador, Maraba y se equipo se fueron a Reino Unido. Ahí, la suerte les sonrió y ganaron todos los partidos. Llegaron a la final y, la ganaron. Al día siguente volvieron a su pueblecito, todo el mundo les aclamaba, hasta Margarita, que había comprendido que con ella en el equipo iban a perder. Maraba, por fin había conseguido su gran sueño, ser una muy buena futbolista.
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