sábado, 31 de marzo de 2012

El viaje del ordenador

Hoy era una bonita tarde de Otoño, yo estaba encerrado en una bolsa con muchos libros y cuaderno, estaba dormido. Martina me llevaba dentro de su mochila, íbamos al colegio. Sobre las 8:20, una luz me rosó, pero seguía dormido. Más tarde, me desperté e hice ejercicios de inglés. Al cabo de 40 minuto me volví a dormir. Martina me colocó en su mochila y la cerró. De repente me di un golpe y me caí y oí unos pies que corrían y unas voces que chillaban, hasta que, en la clase no hubo ningún ruido. A las 11:50 me volví a despertar, esta vez busqué información sobre unas islas. A las 14:45 Martina se fue corriendo a su casa y no se dio cuenta de que me había olvidado en su rejilla. De repente, la puerta de clase se abrió, creo que eran 2 personas, hombres, que se pusieron a observar la clase. Uno de ellos se paró en la mesa de Martina y dijo:
-Aquí hay uno.
-Muy bien, cógelo.
Y me cogieron de una manera brutal, me sacaron de la clase debajo de su chaqueta para que nadie me viera, me sacaron del colegio y, de pronto, sentí un cosquilleo y todo se apagó, no veía ni oía nada. Pasaron los minutos y, de nuevo me volví a encender, al ver que me estaba levantando de nuevo, oí una exclamación de felicidad:
-Papá, el ordenador vuelve a funcionar!
Y una lágrima de Martina calló sobre mi, sobre la letra L de Love.
-Me alegro mucho hija, menos mal que llegamos antes de que esos ladrones lo vendieran!

Historia Penosa: Superdog

En la antigüedad había 2 mundo enfrentados: el mundo de los gatos y el mundo de los perros. El de los perros estaba constantemente atacado por el de los gatos. Los habitante gatunos eran crueles, no tenían sentimientos hacia los demás y atacaban a los perros, aunque eran personas muy sabias que tomaban buenas decisiones. En cambio, los perros eran amables y querían la paz entre ambos mundos. En el mundo perruno no había suficiente población como para evitar los ataques gatunos y salvar a las víctimas. Si no hubiera más catástrofes, los perros podrían conseguir la paz.
Un día, Dog-Dog (un perro) arto de eso, se vistió con un traje azul y rojo con dos iniciales: SD. Y salió a la calle. Nada más salir vio un edificio en llamas, lamentablemente no había suficientes bomberos para pagarlo. Dog-Dog subió arriba del edificio y salvó a las personas que había dentro y además, apagó el fuego el solo. Otro día, vio unos gatos atacando a unos policías perros, entonces, Dog-Dog se acercó a ellos y salvó a los policías. Poco a poco, se hizo famoso en el mundo de los perros y lo llamaron SuperDog. Los gatos pararon de atacar, se habían quedado sin armas.
La ciudad de los perros estaba por fin en paz y, decidieron ir a ver a los gatos y firmar un contrato de paz con ellos. Los gatos se lo pensaron, pero al final accedieron. Por fin estaba establecida la paz entre ambos mundos gracias a Dog-Dog. Aunque en la actualidad son capaces de convivir, pero, todavía siguen odíandose.

Capturando a Santa Claus

Erase una vez un niño de 6 años llamado Harry. Harry tenía un hermando, Iñaki y una hermana, Mai. Se acercaba la Navidad y Harry estaba muy emocionado con Santa Claus, pero sus hermanos le decían constantemente que Papa Noel no existía, aunque él no se lo creía. Dos días antes de Navidad, Harry decidió hacer un trato con sus hermanos: El 24 de diciembre por la noche, iban a capturar a Santa.
Llegó por fin el esperado día. Por la noche, los 3 se escondieron detrás del sofá y esperaron. El tiempo pasó y no paso nada ni llegó nadie. Sobre las 2 de la mañana, Iñaki y Mai se fueron a dormir sabiendo que Santa no iba a llegar. Pero, justo cuando se fueron, salió humo por la chimenea y de ella salió un hombre bastante gordo, vestido entero de rojo y con una gran bolsa llena de cosas.
-¡Hola Harry! Soy Papa Noel, Hou Hou Hou. Siento llegar tarde, tuve un retraso en la otra casa, la chimenea era muy pequeña.
-Sants Claus... ¡NO ME LO PUEDO CREER!
-Lo siento pequeño pero tengo prisa. Cierra los ojos, voy a poner los regalos al pie del árbol. Tengo que pedirte un favor, cuando seas más mayor, e dirán que no existo, pero todo eso es mentira, no les creas.
Harry asintió y cerró los ojos. Cuando volvió a abrirlos, Papa Noel ya no estaba. Se había ido. Harry volvió a su cuarto y se puso a dormir.
El 25 de diciembre, toda la familia de Harry se acercó al árbol de Navidad y abrieron los regalos, uno por uno. Cuando Harry abrió un regalo, se encontró una nota en la cual ponía: Hola Harry, soy Santa. Espero que tú y tu familia esteís disfrutando de los regalos y de la Navidad. Seguramente el año que viene nos volvemos a ver.  ¡Felices fiestas a todos! Hou Hou Hou. Harry guardó la nota en su mesita de noche y pasó unas magníficas navidades junto a su familia.